jueves, 10 de febrero de 2011

Prefacio

No es tarea sencilla enseñar Apocalipsis y menos  aún de una forma imparcial, sin introducir preconceptos, y sujetarnos a lo que la palabra de Dios nos quiere enseñar.
Este estudio nace debido a una necesidad imperiosa de enseñar en la iglesia verazmente este libro, antes tanta confusión, y eso a pesar de tantos comentarios escritos, que puestos juntos, en vez de arrojar luz, confunden.
Debo aclarar que esto ocurre cuando a alguien se le ocurre enseñar esta profecía. Por lo general es extraña para los pastores e incomprensible.

Llama mucho la atención que una profecía que tiene como finalidad instruir y bendecir al hijo de Dios (Apoc.1:3; 1:1; 22:6 – 9) sea totalmente desconocida por los miembros de la iglesia, y lo que es peor, se la lea con desconfianza, y muchas veces prohibida su lectura por los mismos pastores aunque esto parezca increíble.

Esto es evidente que existe un personaje que no quiere que el pueblo de Dios se instruya con la verdad revelada en este libro, instrucción que no es opcional sino obligatoria Apoc.22:9, 18, 19, cuyo nombre es Satanás, pues quedan revelados todos sus planes y descubiertos sus medios, la bestia y el falso profeta Apoc.19:20, dos grandes instituciones religiosas con las cuales atrae a los hijos de Dios para atraparlos y destruirlos.

En este estudio queda el engaño descubierto, y el hijo de Dios advertido.

Este seminario esta totalmente libre de tendencias confesionales (característica de nuestro centro) basado solamente en la palabra de Dios. Para mantener tal integridad, consulte permanentemente al texto original griego, cortejando con las mejores traducciones etc.

Doy gracias a DIOS por llamarme a este ministerio, para el cual me ha enriquecido con una hermosa familia sin la cual este estudio no seria posible. Por eso agradezco a Dios por mi esposa Beatriz María, y Nancy y Pablo, mis hijos.
También quiero agradecer a los hermanos del remanente que colaboraron con su aliento y ofrendas.

Y no quiero por nada olvidarme, de los grandes maestros y profesores que el Señor me ha puesto en mi camino, llenos del Espíritu Santo y conocedores de las sagradas escrituras, a lo largo de estos 34 años que llevo en el camino del Señor.


Oscar F. Raya
Misionero
Bs. As. 20/01//98.


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